cueRtos

sábado, febrero 12, 2005

Sangre fría

Lo maté de un solo tiro.
Después, con mi cuchillo de caza, le corté la cabeza y la tiré hacia atrás; sin darme vuelta a mirar dónde caía, pedí tres deseos.
Finalmente me fui a desayunar (café con leche con chipaquitos) al bar de la estación YPF.
Me percaté recién, a través del vidrio sucio, que al salir había dejado desierta la sala de videojuegos.